No es tu sexo lo que en tu sexo busco
sino ensuciar tu alma
Diario de un seductor, Leopoldo M. Panero
Sin apenas dudarlo
rebusco en tu alma de madelman
el ánimo soliviantando
del que tantas veces
a sagrado trató de acogerse
en camas ajenas.
Lúbrico.
Voyeur.
Descarado.
Escarbarse las entrañas.
Confesar debilidades ajenas.
Daño colateral del silencio.
Nuevos intentos
habituales opiniones
sumido en la críptica jerigonza
con la que intentar evitar el dolor…
práctica y estrategia
de automutilaciones.
Y vivir de la mendicidad
de los minutos.