deseo y hielo poema

Deseo y hielo


Placer de nausea ajena,
me he acostumbrado
a masticar tornillos,
a impostar una religión,
un delirio,
una fábula
con la que vengarme
de la fingida repugnancia
de un deseo que te da la vuelta.

deseo y hielo poema

Me he convertido en fanático
de desnudar la carne
para vestir santos
y protegerlos del hielo
de un vacío.

Con la maldita costumbre
de hacer malabares
con cristales rotos,
marcapasos,
granadas de mano.

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