Puedo hacerlo.
De verdad.
Aterrizar
y llenarme las rodillas
de tierra
y el alma de arañazos,
los ojos
de arena.
Tocar tierra
no debe de ser tan difícil
una vez has conseguido volar,
después de haber despegado
y compartir con Ícaro
alas y trayectos.
No puede ser difícil.
Tengo que hacerlo.
Después de remontar el vuelo
tocaré tierra,
sin querer y sin poder,
como si hubiera caído
de un columpio
en desordenado vaivén.
Podré hacerlo.
Volar y tomar tierra.
Como uno de esos sueños.
Sé volar
y voy a hacerlo.
Aunque luego despierte.