Abandono


Abandono
la búsqueda
de soledades premeditadas,
los silencios envueltos
en papel de aluminio
en la segunda balda
de la nevera.

Me retiro de los llantos
de la ropa recién colgada
y de los desastres,
sobre todo de los desastres,
de aquellos que me esperan
tras el hundimiento del buque.

También renuncio
a las esperas.

Porque sí.

A partir de ahora
no querré otro silencio
de pasos perdidos.

Porque se me ha arañado el alma,
mi alma
se ha herido
con un rastrillo
de jardines secos,
con la cuchilla
de un patín para el hielo,
con el desdén de las nubes.

Lloraré
por todos los muertos
que en el mundo han sido
y también por los ataúdes vacíos,
más aún por esas cajas vacías
que buscan un dueño,
un nombre,
una esperanza…

(Fuente foto: http://www.morguefile.com/archive/display/659240)

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