[…] diez años antes de este ahora sin edad,
aun vive el monstruo, aún no hay paz.
Donde solíamos gritar, Love of lesbian
Donde nos acostumbramos a ganar
porque no encontramos fecha
de adolescencia a esta caducidad,
los libros iniciáticos
se confunden con revistas
de moral distraída.
Los lazos que nos unieron.
Las palabras con las que inventamos conjuros.
Esos juegos de manos
con los que cosimos
el roto de tu camisa.
El monstruo de la cama
paso a compartir nuestro lecho,
le hicimos un hueco en las horas
en las que nos sentimos
abandonados por el olvido
(ya sabemos lo que pasa
en tiempo de guerra…)