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Palabras que aún no acepta la RAE: Gentrificación


Dentro de los términos y los conceptos también existe la moda. Hace años fue la “globalización”, durante meses vivimos pendientes de la “prima de riesgo” y recientemente sufrimos el “twerking” o el “selfie”.

Gentrificación” es otro de estos nuevos términos que aparecen en nuestras vidas y que no sabemos exactamente qué quieren decir pero los utilizamos de todas maneras. Debemos prestarle atención, máxime cuando es una cuestión que afecta directamente a los espacios en los que habitamos y que se deriva de la especulación, una de esas razones que nos ha metido en el jardín de la crisis.

Tómese un espacio urbano ya desarrollado, cuanto más céntrico mejor y del que las instituciones públicas se olviden, condenándolo a un progresivo deterioro y una inevitable degradación. En muchas ocasiones, estos espacios son habitados por gente de edad avanzada en edificios con indudables carencias (ascensores, eficiencia energética,…) El descalabro en el valor del espacio se ve acompañado por la falta de pequeños negocios que puedan competir con los grandes gigantes que están instalados en los centros urbanos, junto con la aparición de «dudosa calaña» ¿Conocéis la calle Desengaño en Madrid? Pues es perfecto ejemplo de lo que estamos hablando. Pero la gentrificación afecta a todo el barrio de Malasaña, como antes ocurrió en Chueca o en el Born en Barcelona. Así se obtiene la degradación de un espacio céntrico en el que especular para sacar el máximo beneficio.

https://www.flickr.com/photos/jafsegal/2304968114/
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Una vez el espacio está degradado, con el consecuente malestar vecinal, los gobiernos (especialmente en épocas electorales) tienden a buscar soluciones con las que tratan de embaucar a sus potenciales electores. Así, de la mano de distintas empresas privadas buscan soluciones para poner de nuevo en valor el barrio.

En líneas generales, el primer paso suele ser la reactivación del comercio, pero no el tradicional, de pequeñas tiendas de consumo diario, sino de locales que aporten cierto grado de exclusividad y valor añadido. Los locales dedicados a la hostelería más tradicional, van perdiendo peso, frente a espacios de cuidado diseño y propuestas vanguardistas. Los renovados locales atraen a gente de fuera del barrio que empiezan a desarrollar vida en el mismo. A lo mejor a Paca, la vecina del 4º con su pensión de jubilada, no le interesan las nuevas zapatillas All Stars ni le apetece tomar un gin-tonic premium con frutas del bosque y tónica de azahar. Pero el emprendedor que sigue las tendencias no dudará en desplazarse al centro para conseguir esa exclusividad. Así cazan al mercado objetivo. Y una vez se atrae a esa gente al barrio (la que tiene dinero, a la que las empresas pueden exprimir y que ya están enganchadas a lo exclusivo que les da la zona) llega el momento de echar a la gente que no resulta tan rentable. Lo que quieren vender es una nueva forma de vida en la que se habita y se consume en el mismo espacio y, si no puedes consumir en dicho espacio, tal vez Paca la del 4º tenga que plantearse que no debe de vivir ahí.

Tampoco es baladí el hecho que las viviendas de estos espacios son muy diferentes a las que se construyen en la actualidad, especialmente en el tamaño, a veces superior a los 100 m2, y en su distribución. ¿Para qué quiere Paca una casa tan grande para ella sola? ¿Y la gente joven que es objetivo de los especuladores? Esos no conocen ni lo que es semejante área. Así que gran parte de los edificios que se han ido quedando vacíos, previa venia del ayuntamiento de turno, son remodelados buscando un modelo más «acorde con las necesidades de los individuos que van a ocuparlos» y de espacio más reducido. Es decir, se aumenta el número de viviendas existentes y se reduce la superficie de las mismas, rentabilizando de forma óptima el espacio.

https://www.flickr.com/photos/jafsegal/4373690544/in/set-72157621905134894
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De esta manera se aúnan servicios de alto valor, con cierto halo de exclusividad, con espacios residenciales a los que se les transfieren dichas características (aunque los paneles de pladur ni sean de alto valor ni demasiado exclusivos).

En conclusión, se fuerza el desarrollo de un nuevo tejido urbano en el que no tienen cabida ni los comercios tradicionales ni la población envejecida en aras de una ocupación más intensiva del espacio. Eso es lo que se llama gentrificación. Próximamente en todas sus pantallas.

Coda: Paca la del 4º se ha ido a vivir con su hijo, su nuera y sus dos nietos al apartamento en la Manga del Mar Menor que ganó cuando participó hace veintiocho años en el “Un, dos, tres”. Todos con la pensión de ella. Pero eso es una historia que contaremos en otra ocasión.

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Cambio climático: de cómo el calentamiento mundial es una amenaza para nuestro aprovisionamiento alimenticio


El calientamiento gloabal está exacerbando la inestabilidad política mientras aumentan las tensiones derivadas de la inseguridad alimenticia. Con las investigaciones sugiriendo que el asunto sólo puede ir a peor, se examinan los riesgos alrededor del mundo.

Un artículo original de John Vidal

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Cuando el 17 de diciembre del 2010 el vendedor ambulante tunecino Mohamed Bouazizi se prendió fuego a sí mismo lo hizo para protestar por la represión y aprovechamiento/violaciones que se tenían lugar en donde vivía. Pero unos cuantos estudios sugieren que uno de los factores más relevantes en los subsiguientes alzamientos que conocemos como la «Primavera árabe» era la inseguridad alimenticia.

La sequía, los disparados precios del pan y la escasez de alimento han arruinado distintas áreas de Oriente Medio. Analistas del Centro para el Progreso Americano (Centre for American Progress) en Washington indican que la combinación de escasez de alimentos y otros factores mediambientales han agravado las ya tensas políticas de la región. Como indica el Observer el 13 de abril, un estudio inédito del gobierno de EEUU indica que el mundo tiene que prepararse para más de lo mismo, ya que la espiral de precios y las prácticas agrícolas tradicionales se han visto interrumpidas por el cambio climático.

«Debemos esperar mucha más desestabilización política mientras se produce [el cambio],» asegura Richard Choularton, un responsable de políticas de la ONU en la oficina sobre el cambio climático dentro del Programa Mundial de Alimentos. «Lo que difiere de hace 20 años es que hay bastante más gente que vive en lugares con un riesgo climático más alto; ahora mismo viven 650 millones de personas en zonas áridas o semiáridas donde se espera que las inundaciones, las sequías y las variaciones de precios tengan el mayor impacto.»

«Las recientes crisis en el Cuerno de África y en Sahel pueden convertirse en la nueva norma. Se espera que las sequías se vuelvan más frecuentes. Hay estudios que aseveran que para el 2050 habrá hasta 200 millones de personas más sin seguridad alimenticia o unos 24 millones de niños malnutridos. En algunas partes de África ya tenemos una catástrofe humanitaria prolongada y creciente. El cambio climático es un progresivo desastre,» afirma.

La fundación Mary Robison para la justicia climática convocó una gran conferencia en Dublín durante el mes de abril. Las investigaciones presentadas dicen que el aumento de los ingresos y el crecimiento de la población global (se considera que habrá unas 2 millones de bocas más que alimentar para el 2050) incrementará el precio de los alimentos entre un 40 y un 50%. El cambio climático puede encarecer en un 50% el precio del maiz y algo menos al trigo, arroz y aceite de semillas.

«Sabemos que la población va a crecer y que los ingresos van a aumentar, pero también lo van a hacer las temperaturas y los patrones de precipitación van a cambiar. Debemos estar preparados para un aumento de las temperaturas en todas las áreas,» afirma Gerald Nelson, un experimentado economista del Instituto Internacional para la Investigación de Políticas Alimentarias en Washington.

Todos los estudios sugieren que los peores impactos los recibirán los más pobres. Robinson, el antiguo presidente irlandés, dijo: «El cambio climático ya está ejerciendo un efecto dominó en la seguridad nutricional y alimenticia para la gente más pobre y vulnerable del planeta. Se prevé que la malnutrición infantil aumentará un 20% para el año 2050. El impacto del cambio climático recaerá de una forma desproporcional sobre la gente que vive en las áreas tropicales, particularmente en los grupos de población más vulnerables y marginados. Esa es la injusticia del cambio climático: el peor de los impactos lo sufren aquellos que menos han contribuido a causarlo.»

Pero de Europa a EEUU a Asia, nadie quedará al margen de los enormes cambios que los enormes cambios en la producción de alimentos que nos traerán lo que queda de siglo.

ASIA Y OCEANÍA

China es relativamente resistente al cambio climático. Se espera que su población mengue en torno a los 400 millones de personas en este siglo, aligerando la demanda sobre los recursos, además de tener capacidad para adquirir vastas cantidades de comida.

Pero a causa de que la población china está modificando su dieta hacia una más basada en la carne, el reto del país será el territorio y la alimentación del ganado. El cambio climático afectará a las regiones de distinta manera pero muchos cultivos tendrán que migrar hacia el norte.

La pérdida de cultivos se debe cada vez más a eventos climáticos extremos, plagas de insectos y enfermedades. La sequía del 2011 elevó el precio de los alimentos a nivel mundial. El trigo se está convirtiendo en un cultivo difícil de hacer germinar en algunas áreas más septentrionales de China debido a que son más secas y cálidas.

En China meridional, las sequías de los últimos años han reemplazado la estación de las lluvias. La Academia Nacional de Ciencias Agrícolas espera que los suministros de comida se volverán insuficientes hacia el año 2030.

Un nuevo estudio para la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional predice un aumento de 4 a 6ºC de temperatura para el año 2050 en la mayor parte de Vietnam, Camboya, Laos y Tailandia. La zona del bajo Mekong, habitada por unos 100 millones de personas, propensa a climas extremos, podría ver un aumento de las precipitaciones de un 20% o más, disminuyendo el crecimiento de arroz y otros cultivos tradicionales. Muchas provincias verán un significativo decrecimiento en la producción de alimentos. El números de niños malnutridos en la región puede pasar de 9 a 11 millones en el 2050.

Los eventos catastróficos afectarán cada vez más a la agricultura australiana. Regiones clave para la producción de alimentos en el sur posiblemente sufran grandes sequías en el futuro, mientras que en la parte oriental han experimentado una disminución de las precipitaciones de un 15%.

El número de días que rompen el récord de temperatura en Australia se ha duplicado desde los años 60, lo que también afecta a la producción de alimentos.

EUROPA

El cambio climático afecta a la producción agrícola a través de sus efectos en la estacionalidad, la intensidad y la variabilidad de las precipitaciones y los cambios en las temperaturas y las concentraciones de dióxido de carbono.

Los cultivos que normalmente se ven crecer en el sur de Europa podrán arraigar más al norte. Esto permitirá que se plante maíz tierno, uvas, girasoles y maíz en Gran Bretaña. En Escocia, serán adecuadas las granjas ganaderas. En latitudes más altas, el aumento de la temperatura se traducirá en una estación de crecimiento más intensa y prolongada. Pero más CO2 y un mayor aumento de la temperatura podría suponer una reducción de los rendimientos en un 10%.

Las últimas estimaciones de la UE sugieren que las consecuencias más severas del cambio climático no se sentirán hasta el 2050. Pero antes se esperan severos impactos derivados de más frecuentes y prolongadas olas de calor, sequías e inundaciones. Muchos cultivos que actualmente se dan en el sur de Europa, como el olivo, puede que no sobrevivan al aumento de la temperatura. La Europa meridional tendrá que cambiar su métodos de irrigación.

En latitudes medias y altas, se espera que el calentamiento global se traduzca en un aumento de la temporada de crecimiento. Los cultivos en Rusia podrán expandirse hacia áreas más septentrionales pero su rendimiento será más bajo porque los suelos son menos fértiles. En el sur, el rendimiento se verá reducido por un clima que se volverá más seco. Además, el cambio climático supondrá que los recursos hídricos sean más escasos y un aumento de las malas hierbas y las plagas.

En el 2011, Rusia restringió las exportaciones de trigo y grano tras una ola de calor. El calentamiento incrementa los incendios forestales en un 30-40%. Esto incide directamente en la erosión del suelo y aumenta las probabilidades de inundaciones.

En Oriente Medio y norte de África, se espera un decrecimiento del rendimiento del arroz de un 30%, un 47% para el maíz y para el trigo un 20%.

 AMERICAS

 Se espera un crecimiento de 120 millones de personas en EEUU para el 2050. Los científicos gubernamentales esperan más incidentes de calor extremo, sequía severa y fuertes lluvias afectarán la producción de alimentos. El calentamiento se espera que aumente sin consecuencias durante 30 años pero más allá del 2050 los efectos pueden ser dramáticos sobre los cultivos tradicionales.

De acuerdo con él último informe del gobierno: «La creciente incidencia de fenómenos meteorológicos extremos tendrá un impacto cada vez más negativo en la productividad agrícola y ganadera, ya que se superan ya los umbrales críticos.» Muchas regiones agrícolas de EEUU experimentarán decrecimientos.

En el valle central de California, se verán afectados los girasoles, el trigo, el tomate, el arroz, el algodón y el maiz, que se espera que pierdan un 10-30% de su rendimiento, especialmente a partir del 2050. Los cultivos frutales y de nueces que dependen de los días fríos de invierno pueden tener que ser reubicados. Los animales expuestos a demasiadas noches cálidad se estresan cada vez más. Muchos cultivos vegetales se verán afectados cuando aumente la temperatura, aunque sólo sean unos pocos grados.

Cerca del 20% de todos los alimentos de EEUU son importados, así que los climas extremos en otras zonas también tendrán su efecto. En el 2011, el 14,9% de los hogares estadounidenses no tenían asegurado su aprovisionamiento alimenticio y un 5,7% tenía una muy baja seguridad alimenticia.

Ya que muy pocos cultivos pueden soportar un aumento medio de temperatura por encima de los 2º, América Latina se verá seriamente afectada por el calentamiento y el clima extremo. Incluso aumentos moderados de 1 o 2º supondrán un significativo daño a Brasil, uno de los mayores productores mundiales de cultivos alimenticios. La producción brasileña de arroz, alubias, mandioca, maiz y soja se verá reducida, siendo el café especialmente vulnerable.

Otros estudios sugieren que los enormes cultivos brasileños de soja, que proveen de forraje a gran parte del mundo, podría caer en más de un 25% en los próximos 20 años.

Dos grandes cultivos sí que podrían desarrollarse bien: quinoa y patata.

AFRICA

Muchos países africanos ya están experimentando sequías más acusadas y prolongadas, inundaciones y ciclones. Se espera que el continente sufra una desproporcionada inseguridad alimenticia debido al rápido aumento de población vulnerable.

Se prevé que Egipto pierda el 15% de sus cultivos de trigo si la temperatura sube unos 2ºC. Si la subida es de unos 4ºC, la pérdida será de un 36%. En cuanto a Marruecos, se espera que sus cultivos se mantengan estables hasta el 2030 para caer rápidamente a posteriori. Tradicionalmente la mayoría de los países del norte de África importan el trigo que consumen, lo que les hace altamente vulnerables a los cambios de precios y las sequías que se produzcan en otros lugares.

Un nuevo estudio de 11 países del oeste de África revela que van a ser capaces de obtener más alimentos con el aumento de las temperaturas y las precipitaciones. Pero la demanda derivada del aumento de la presión demográfica puede suponer que el precio de los alimentos se doble. El cambio climático puede suponer un aumento de las exportaciones de sorgo en Nigeria, Ghana y Togo.

Las temperaturas probablemente suban varios grados en las zonas cercanas al Sahel. En Burkina Faso se espera que el rendimiento del sorgo baje un 25% aunque sí que aumentará el del maíz.

Otros estudios del IFPRI indican que el rendimiento de los cultivos en el África subsahariana puede haber descendido para el 2050 entre un 5 y un 22%, aumentando la miseria de un gran número de gente.

Según la ONU, las condiciones climáticas del sur de África empeorará. Los modelos climáticos muestras un incremento de la temperatura media de la región de 1º a 2ºC en el 2050. Ésto favorecerá a algunos cultivos pero otros tendrán que ser llevados a áreas más septentrionales y de mayor altitud.

Los dos cultivos tradicionales en África, el sorgo y el maíz, posiblemente se vean muy afectados por un clima aún más severo.

Oxfam avisa que los pequeños granjeros del cuerno de África serán los que más sufran los impactos negativos del cambio climático. Lo impredecible del tiempo ya ha dejado a millones de personas en situación de semi indigencia y dependientes de la ayuda alimentaria.

Especulación alimentaria: “La gente muere de hambre mientras los bancos se forran a costa de la comida”


No son solo las malas cosechas y el cambio climático – también los especuladores están detrás de los records en los precios. Y son los más pobres del planeta los que tienen que pagar.

Un artículo original de John Vidal

Hace poco menos de tres años, la gente del pueblo de Gumbi en el oeste de Malawi fue inesperadamente azotada por el hambre. No como nos pasa a los europeos si nos saltamos una comida o dos, sino el profundo, el que te roe por dentro, el que impide el sueño y embota los sentidos cuando se ha ingerido ningún alimento sólido durante semanas.

Curiosamente, no había habido sequía, la causa más común de desnutrición y hambre en los países del sur de África y había un montón de alimentos en los mercados. Por alguna extraña razón, el precio de alimentos básicos, como el maiz y el arroz, se había duplicado en cuestión de pocos meses. Y más raro aún, no había evidencia de que los comerciantes locales se hubieran dedicado a acaparar alimentos. Lo mismo ocurrió en otros cien países en vías de desarrollo. Hubo disturbios por ésta causa en más de veinte países y varios gobiernos se vieron obligados a prohibir las exportaciones de alimentos y productos básicos, así como a subvencionarlos.

La explicación esgrimida por la ONU y los expertos en comida fue que una combinación de factores naturales y humanos se habían combinado para dar lugar a una “tormenta perfecta” que había inflado los precios precios. Según las agencias de la ONU, los agricultores estadounidenses habían dedicado millones de hectáreas de tierras para la producción de biocombustibles para los vehículos, el precio del petróleo y los fertilizantes había aumentado considerablemente, los chinos estaban empezando a incluir carne en su dieta, y las sequías relacionadas con el cambio climático estaban afectando a las principales áreas de cultivo. La ONU que el número de personas desnutridas había aumentado en setenta y cinco millones debido al aumento de los precios.

Pero una nueva teoría está emergiendo ahora entre economistas y comerciantes. Se cree que los mismos bancos, fondos de cobertura y financieras cuya especulación en los mercados bursátiles provocó la crisis de las hipotecas sub-prime, son la causa de los precios yo-yo de los alimentos y su subida. Se les acusa que, aprovechando el vacío legal de los mercados mundiales de materias primas, ellos están haciendo millones a base de especular sobre la alimentación mientras causan miseria en todo el mundo.

Mientras los precios de los alimentos se disparan de nuevo a niveles por encima de los alcanzados en el 2008, queda claro que ahora todo el mundo se verá afectado. El precio de los alimentos ha aumento en un 10% en un año en Gran Bretaña y en Europa. Es más, según la ONU, se espera que aumenten en un 40% en la próxima década.

La modesta especulación siempre ha existido, incluso era bienvenida, en los productos tradiciones, funcionando de la siguiente manera: el agricultor X se cubría frente a los riesgos climáticos y las malas cosechas acordando un precio de venta con el intermediario Y. De esta forma se garantizaba un ingreso fijo que le permitía planificar el futuro e invertir más, dejando un margen de beneficio al intermediario Y. En un mal año, el agricultor X obtiene un beneficio y en un buen año sale ganando el intermediario Y.

Cuando estos procesos de “cobertura” estaban regulados, funcionaban bien. El precio de los alimentos reales en el mercado del mundo real, se establecía por las oferta real y la demanda real.

A mediados de los 90 esto cambia. A raiz de la fuerte concentración de los bancos, los fondo de cobertura y las políticas librecambistas de EE.UU y Gran Bretaña, las normativas sobre el mercado de las materias primas se vieron abolidas de forma sistemática. Los contratos de compra y venta de alimentos se convirtieron en “derivados” que podían ser comprados y vendidos entre comerciantes que no tenían nada que ver con la agricultura. Así nació un nuevo e irreal mercado de “especulación alimentaria”. Cacao, zumos de frutas, azucar, alimentos básicos, carne y café se convierten en parte de un mercado mundial junto con el petróleo, el oro y los metales. En 2006, con el desastre hipotecario de los Estados Unidos, los bancos huyeron en estampida moviendo millones de dólares a fondos de pensiones y a mercancias exentas de riesgo, especialmente, los alimentos.

“La primera vez que nos dimos cuenta de esto (la especulación alimentaria) fue en 2006. Pero no se percibió como un elemento continuista. Sin embargo, en el 2007/8 fue cuando realmente se disparó” dice Mike Master, administrador de fondos de Masters Capital Management,  que declaró ante el senado estadounidense que la especulación estaba haciendo subir el precio de los alimentos a nivel mundial. “Cuando se observan los flujos se hace evidente. Conozco multitud de comerciantes y ellos me confirmaron lo que estaba sucediendo: que ahora el negocio estaba en la especulación – en torno al 70-80%”

Masters afirma que los merado actualmente están muy distorsionados por los bancos de inversiones: “Digamos que llegan noticias de malas cosechas y lluvias en determinado lugar. En circunstancias normales, eso incrementaría el precio del producto en un dólar. Pero en un mercado compuesto al 70-80% por especulación, el incremento puede llegar a los dos o tres dólares para añadir los costes adicionales. A eso añádele lo volátil del mercado. Terminará tan mal como todas las modas de Wall Street. Terminará estallando.”

El mercado especulativo de la alimentación es verdaderamente amplio, afirma Hilda Ochoa-Brillembourg, presidenta del Grupo de Inversiones Estratégicas de Nueva York. Estima que la demanda especulativa de materias primas futuras se ha incrementado entre un 40 y un 80% en el ámbito de la agricultura.

Pero la especulación no sólo afecta a los alimentos básicos. El año pasado, Armajaro (un fondo de inversión radicado en Londres) compró 240.000 toneladas,  más del 7% de las reservas mundiales de granos de cacao, ayudando a incrementar el precio del chocolate a los niveles más altos en treinta y tres años. Mientras, el precio del café se disparó en un 20% en sólo tres días como resultado de los inversores que apostaban por la caída de su precio.

Olivier de Schutter, portavoz de la ONU por el derecho a la alimentación, no alberga ninguna duda de que los especuladores están detrás del aumento de los precios. “El significativo incremento del precio del trigo, el maíz y el arroz no está relacionado con el reducido almacenamientos o las malas cosecha, sino con los comerciantes reaccionando a la información y especulando en los mercados.

“La gente muere de hambre mientras los bancos fomentan el asesinato a base de apostar sobre los alimentos,” dice Deborah Doane, directora del Movimiento para el Desarrollo Mundial en Londres.

La ONU y la Organización para la Agricultura, se mantienen diplomáticamente neutrales, diciendo en junio que “Aparte de los cambios en suministro y demanda de algunos productos básicos, el ascenso puede que también se haya visto amplificado por la especulación en los mercados de futuros organizados.”

La ONU es apoyada por Ann Berg, una de las más experimentadas comerciantes de futuros. Ella argumenta que la diferenciación entre mercados futuros de materias primas e inversiones relacionadas con las materias primas agrícolas es imposible.

“No hay forma de saber exactamente qué es lo que está ocurriendo. Sufrimos la burbuja inmobiliaria y el impago de los créditos. El mercado de las materias primas es otro campo de juego lucrativo del que los mercaderes obtienen beneficio. Es un tema delicado. Algunos paises compran directamente de los mercados. Como dice un amigo mío: ‘Lo que para un pobre es un trozo de madera, para el rico es un tipo de activo asegurado’”