En el mundo actual tenemos un maremagnum de fuentes de información con las que mantenernos al día como las páginas web de los distintos medios de comunicación, los blogs, las redes sociales, las wikis, los foros, los buscadores… los usamos de una forma u otra para saber qué es lo que pasa en el mundo.
Como es normal, cada uno da el sesgo a esa información que recibe de forma selectiva en función de los periódicos que lee, la gente a la que sigue en Twitter o los amigos que tiene en Facebook, sus intereses en Google+. Esto es evidente dado que cada cuál es más afín a ciertas ideas o ciertos gustos. Pero de lo que muchas veces no somos conscientes es que lo que vemos a través de las Redes Sociales nos llega con un sesgo impuesto por la propia red en un principio tratando de ordenar la avalancha de información que no llega desde las distintas Redes Sociales.
Qué duda cabe que Google es una de las herramientas que más utilizamos a la hora de navegar por la red. Es más que común que accedamos a Internet y tecleemos en el buscadoruna cuantas palabras con una idea vaga en la cabeza y que el buscador nos devuelva el resultado concreto de lo que necesitamos. Detrás de esos resultados se esconde la fórmula mágica de Google, que consiste en un programa que se encarga de revisar las páginas web de enlace en enlace y clasificarlas en función de una serie de palabras clave a las cuales da un peso específico (bueno, lo he simplificado mucho, pero esa es la idea). De esta forma, cuando nosotros introducimos distintos términos de búsqueda y nos llegan los resultados, aquellos que aparecen en las primeras posiciones y que, además suelen ser los que pinchamos, son los que determina Google que son los mejores para nuestros intereses en función de las palabras que hemos utilizado. De la misma forma, los anuncios que nos aparecen en distintas partes de la página también dependen de esos términos de búsqueda. En conclusión, vemos lo que el algoritmo de Google ha decidido que veamos. Podéis conocer la historia de este algoritmo en éste artículo de Diario Turing en eldiario.es
Otra de las fuentes de información a la que accedemos ya de forma casi inconsciente es Facebook. La que se ha erigido en red social por excelencia (en marzo del 2013 tenía 1110 millones de usuarios registrados) es el patio de vecinas donde unos colgamos artículos, otros dejan sus opiniones, compartimos fotos de nuestras vacaciones… Al final recibimos una serie de informaciones casi en tiempo real, conocemos las cosas según están ocurriendo. El problema es que no estamos viendo todo lo que nuestros amigos están compartiendo y mucho menos lo estamos viendo de forma cronológica. Para empezar, Facebook ofrece dos opciones para ver nuestro muro: Historias más recientes en las que ordena de forma más o menos cronológica las publicaciones que realizan nuestros amigos y las páginas que seguimos; y Titulares en las que la propia red social elige la importancia de lo que tenemos que ver. Volvemos a lo que nos pasaba con Google: resulta que Facebook también dispone de un algoritmo, llamado Edgerank, que decide el contenido más importante que tiene que aparecer en el muro de los usuarios. En él entran variables tan intangibles como el compromiso, la interacción, la relevancia… Al final, Facebook criba y nos muestra lo que quiere que veamos.
Parece que Twitter es una red más neutra en ese sentido: nosotros elegimos a quién seguir y, por tanto, el contenido que aparece en nuestro Timeline. Por supuesto, Twitter también emplea su propio algoritmo, de hecho son los que deciden los Trending Topic que aparecen en su pagina web. Normalmente cruza el número de menciones y Hashtags sobre determinado tema con la novedad del mismo, de manera que no se perpetúe en la lista de Trending Topics. Está claro que si no entramos en ellos no nos filtra la información según dichas palabras clave, pero también debemos de ser conscientes que, una vez pasada la novedad, el tema de conversación va a desaparecer de nuestra pantalla. Seguro que en más de una ocasión nos ha ocurrido que, durante un momento, nos hemos entregado a seguir la información sobre determinado evento que, al cabo de unas horas, ha terminado por perder el interés que tenía al principio.
En pocas palabras, debemos de ser conscientes de que no tenemos el control de lo que nos encontramos en nuestra navegación por las procelosas aguas de Internet y las Redes Sociales y que lo que vemos, en gran parte de las ocasiones, es lo que las corporaciones nos dejan ver, por lo que hay que ser escéptico ante las informaciones que nos llegan desde los distintos medios. De lo contrario, podemos encontrarnos en que hemos sido lanzados a un mundo paralelo.
(Del b. lat. insultus). 1. m. Acción y efecto de insultar. 2. m. desus. Acometimiento o asalto repentino y violento. 3. m. desus. accidente (‖ indisposición repentina que priva de sentido o de movimiento).
insultar. (Del lat. insultāre, saltar contra, ofender). 1. tr. Ofender a alguien provocándolo e irritándolo con palabras o acciones. 2. tr. desus. Dicho de una enfermedad: Atacar, acometer. 3. prnl. Cuba. encolerizarse. 4. prnl. p. us. Sufrir una indisposición repentina que prive de sentido o de movimiento.
Es bien sabido que para ser político no es requisito haber estudiado, que no se exige un mínimo de preparación previa alguna. Por no tocar el tema de los idiomas, especialmente el inglés. También se sabe que para ser político no es necesario haber trabajado nunca, pudiendo llegar a ser ministro, como es el caso de Fátima Báñez. Pero no sólo me refiero a la empresa privada. Es que si, por casualidad, aprueban la oposición que les de una plaza en algún organismo público, piden la excedencia y no trabajan ni un sólo día en aquel puesto para el cual (es una suposición) han tenido que estudiar hasta que han terminado con los codos pelados (la broma de las rodillas se me ha pasado por la mente, pero he preferido dejarla de lado).
Pues bien, llegan a su puesto de responsabilidad política porque su partido ha logrado la mayoría suficiente como para gobernar (es un decir, es bien sabido que el sistema electoral español, gracias a la ley D’Hont y el cociente Droop, es de todo menos justo y proporcional. Por no mencionar la alergia de los partidos «mayoritarios» a las listas abiertas) y es la hora de llevar a la práctica las promesas que les han llevado a su privilegiada nueva posición. Y ahí, los políticos, independientemente de su género sexual, son como los hombres: PROMETER HASTA METER Y UNA VEZ METIDO… os hacéis cargo ¿no? Empiezan escudándose en las excusas más peregrinas, en el «yo no quería, pero UE/FMI/Merkel/Conferencia episcopal me ha obligado», «la herencia recibida» y el argumento estrella de todos los gobiernos «y el anterior más».
INTERNET: EL ENEMIGO DEL POLÍTICO FALTÓN
Hasta hace relativamente poco las excusas eran relativamente útiles: la gente no tenía más acceso a la información que a través de la radio, la televisión y la prensa, era unidireccional. El españolito recibía la información y ahí se quedaba. Se podía cabrear más o menos, lo podía compartir con sus amigos, familia y compañeros de trabajo, pero no pasaba de la pataleta que se contaba a una serie de personas sin ninguna relevancia para el que estaba en el poder. Pero he aquí que eso cambió y llegó… INTERNET.
Seamos sinceros, la llegada de internet (mediados de los 90) y su generalización no supuso más cambio que un incremento descomunal de la información a la que el personal nos veíamos expuestos. No es hasta que se desarrolla el aspecto más social de la red (lo que llaman redes sociales o web 2.0) que la gente deja de ser el receptor pasivo de la información que recibe a convertirse en generador de la información. Hasta la llegada de Facebook o Twitter. Y entonces es cuando los políticos vieron que la población se desmadraba. Y les da miedo: antes podían soltar alegremente cualquier comentario jacarandoso que dejara al descubierto su incapacidad de gobernar o su desprecio por sus electores y, sobre todo, por el resto de la población del país: la repercusión de esos comentarios no iba más allá de unas cuantas pataletas sin importancia; desde que internet entró en nuestras vidas, sus argumentos y ocurrencias se difunden a tal velocidad que un error puede ser la chanza de la semana, poniendo a sus protagonistas en la picota.
Los ejemplos son múltiples y sangrantes. El más delirante es la explicación de lo que es una «indemnización en diferido»
Hasta hace poco tiempo, un dislate de esta envergadura se hubiera convertido en una mera anécdota. Pero hoy se comparte en las redes sociales, se hace chanza de todo ello a una velocidad inusitada. Vamos a conceder a ésta persona el beneficio de la duda y la vamos a considerar una persona inteligente: Está claro que ni ella misma se cree unas excusas que, pese a llevar por escrito, es incapaz de mantenerlas sin tartamudear y trabarse. Sabe que está faltando a la verdad y, al empecinarse en mantener su falacia, sus declaraciones se convierten en un insulto para la inteligencia del común de los mortales.
Aunque no es el único momento de insultos de ésta política, cuyos votantes son «los que pagan la hipoteca«. Afirmación que se volvió en su contra a través de Twitter con un hashtag justificado pero de cierto mal gusto (por más que lo comparta, creo que somos lo suficientemente educados como para poder evitar caer en la zafiedad)
Sus amplios conocimientos de historia la llevan a comparar esto:
porque «Se violenta el voto». Claro. El problema es que la población, se ha cansado de argumentaciones, mentiras, despilfarro y corrupción y quieren recuperar el «demos» de la «democracia», no meter una papel en una caja de plástico barato una vez cada cuatro años. Y eso atemoriza a los violadores de la democracia.
Esta señora es una de los que se han erigido en gurús del insulto como argumento político. Porque también podemos revisar los insultos de Arias Cañete: sugiriendo «duchas de agua fría para ahorrar energía» mientras comemos «yogures caducados«. O Martínez Pujalte indicando que los afectados por las hipotecas quieren la dación en pago «para poder comprarse otra vivienda«. Y claro, también está Alicia Sánchez-Camacho, que ante el descubrimiento de que se le triplicó el suelo se justifica diciendo «Hago lo mismo que han hecho otros presidentes del PP«. Sí, es una pena que la tradición entre los presidentes peperos no fuera emigrar…
Tampoco es despreciable el insulto y la falta de educación de Bárcenas que, estando en el ojo del huracán por haber hecho con dinero propio, ajeno, declarado, negro, legal e ilegal, todo aquello que le ha venido en gana, regaló a los periodistas (por ende, a toda la ciudadanía) una castiza peineta.
No sé si llamarlo insulto, pero lo que está claro es el desprecio que siente el presidente del Gobierno hacia la gente de su país. En un principio pensé que se trataba de la agudización de los múltiples complejos de los que ha hecho gala durante todos los años que ha estado en la oposición, pero no, lo que le ocurre al señor Rajoy es que se cree por encima del resto de los mortales y por eso hace declaraciones vía televisión de plasma a unos periodistas que están en la habitación de al lado. Sí, televisión de plasma, el enemigo de la política y culpable de la crisis económica (esas declaraciones también podemos considerarlas como un insulto).
ABORTO= ANALFABETISMO+TERRORISMO+FRACASO
Con la reciente modificación de la ley del aborto (esa que nos devuelve a los años 80) nos hemos encontrado con joyas del insulto que valen su peso en oro. Sin entrar en el hecho de que es un insulto a los derechos de las mujeres (jaleadas además por hombres y por sacerdotes) ciertas «políticas» también se han apuntado a la moda de defender las ideas mediante el insulto, como es el caso de Beatriz Escudero, una mujer que compara el embrión humano con el de los calamares. Si eso no fuera suficiente, la buena señora desarrolla una ecuación que pone en relación el nivel educacional de la mujer con la probabilidad de que aborte. Todo lo cual se basa en estadísticas que no cita. No vaya a ser que la realidad le rebata un (insultante) argumento. Es lo que viene a denominarse comunmente «hacer un Toni Cantó». Al hilo de éste tema, los políticos, en concreto el pío Jorge Fernández Díaz no tardó en comparar el aborto con el terrorismo. Imagino que no es que quisiera insultar la inteligencia de la opinión pública sino que quería llevar a su terreno un tema que no compete al ministerio de Interior. A todo esto, me viene a la mente ¿por qué el aborto es competencia del Ministro de Justicia si, en realidad, es un tema de salud? Bueno, eso supondría que caería en manos de Ana Mato, que no sé qué es peor. Volviendo al tema del aborto, insultan a las mujeres llamándolas analfabetas y terroristas. Y Soraya Saenz de Santamaría, en lugar de mantener el perfil bajo, lo remacha diciendo que el aborto es un fracaso. Ahí lo llevas.
Y LOS CACHORROS QUE VIENEN DETRÁS
Nuevas (de)generaciones de políticos se están apuntando a ésta moda. Gente que estaba calentando el banquillo de las piscifactorias políticas (Nuevas Generaciones o Juventudes Socialistas) y que nadie conocía más allá de los implicados en políticas juveniles en el ayuntamiento/comunidad en la que viven. Suelen ser esos que aparecen con cara de apailados detrás del lider de turno cuando este hace un mitin en la ciudad de turno. Ahí nos encontramos a Beatriz Jurado afirmando que PSOE e IU «solo quieren jóvenes borregos» mientras el PP quiere jóvenes que trabajan. Ahí nos encontramos con el problema de la «movilidad exterior» que tan bien explicó la verborréica y devota de la Virgen del Rocio, Fátima Báñez: los jóvenes en España se están viendo obligados a emigrar. Los que se quedan es por que tienen un enchufe en el PP como es el caso de Carromero que cobra 50.000€ al mes por hacer no se sabe exactamente qué ni con qué mérito (más allá de conducir el coche en el que murió Osvaldo Payá), el de Juan Carlos Caballero cobrando 45.000€ por ser guapo o el de Miss Baleares 2009. Y como Beatriz Jurado no se queda a gusto con lo de (el silencio de) los borregos y envalentonada porque sus estulticias tuvieran un altavoz, no se sonroja en afirmar que Bañez es el hada madrina de los jóvenes. Somos más de 6 millones de personas deseando que lo demuestre.
MENCIÓN ESPECIAL: Juan José Pérez Macián
Este energúmeno se explayó en un artículo contra el 15-M en términos vergonzantes:
Híbridos de hiena y rata. Sí, os digo a vosotros: ¿Se os ha tragado la tierra?. ¿Os han comido los gusanos?. ¿Dónde estáis?. ¿Debajo de qué piedras os escondéis ahora?. ¿Por qué no se os ven ahora las rastras?. ¿No sabéis dónde está la calle de Ferraz?. ¿Ni la dirección de la Junta de Andalucía?. ¿Por qué no se os ve ahora con perros y flautas ante las sedes socialistas?. ¿No tenéis nada que decir a los de CCOO y UGT?. ¿No?. ¿No habéis sido capaces de autoorganizaros en tantos días que han transcurrido ya desde que la Juez Alaya desenredó el repugnante escándalo de los ERES de Andalucía?. ¿Habéis perdido todos el smartphone?. ¿Os habéis quedado sin whatshapp?. ¿Os lo ha desactivado el PSOE?. ¿O es que os parecen pocos millones de euros los 50 robados de las arcas públicas andaluzas a parados y necesitados?. ¿Que un sindicalista andaluz se haya embolsado cuatro millones y medio de euros a costa de los parados, ya no merece vuestra protesta airada y alimentada de insultos y agresiones con ese estilazo que os caracteriza cuando incendiais la calle Génova?. ¿O es que éstos chorizos de la izquierda sí os representan?.
No sólo no se ha retractado de sus palabras, es que su partido ni siquiera le ha amonestado. De dimitir no hablemos, por favor.