Ando buscando
una excusa
que sirva para todo,
una forma de explicar
porqué siempre he odiado
las
líneas
rectas.
Ahora que he olvidado
todo lo que he aprendido
podré empezar
a olvidarte.
Pero qué le voy a hacer,
si mis heridas sangran
cuando las creía cicatrices,
si los trenes
salen a su hora
y yo sigo esperando
en el andén.